lunes, 1 de octubre de 2007

Mundo Muerto

El seco aire golpea mi cara mientras recorro la ardiente autopista a galope en mi descapotable bajo un maldito y odioso sol abrasador y un cielo completamente despejado y azul. Con los ojos entrecerrados por la luz solar continúo avanzando impasible y veloz.

No puedo pensar, no puedo parar, no puedo casi ni respirar ni tampoco ser consciente al cien por cien de que lo que he visto sea cierto. Se escapa de lo racional y humano.

¿De qué huyo? De algo que hace unos días ni loco habría podido pensar que sería un peligro. Muertos vivientes. Si, ya se que suena a película de terror o a leyenda urbana, pero joder, lo que he visto es tan real que hasta asusta.

Yo, Rick, típico chico de los recados de un magnate del crimen. Cuarenta y cinco metralletas Uzi conseguí vender a los irlandeses antes de ir al despacho de mi jefe para entregarle el dinero de la mercancía y cobrar yo el tanto por ciento que me correspondía.

Una sonrisa se dibujó en mi cara y un pensamiento atravesó como un rayo de luz mi cerebro cuando entré en dicho despacho: “Quédate toda la pasta, Rick”.

Mi jefe, intocable hasta hace...diría que unos quince minutos, es decir, el tiempo que creo que ha pasado desde que alguien lo acribillase a tiros a él y a sus tres guardaespaldas.

Todo está pringado de sangre. En fin... si juegas con fuego te acabas quemando ¿no? Ajustes de cuentas. Esto es lo que ocurre cuando flirteas con el crimen.

Por eso no me sorprende la escena. No obstante hay algo que comienza a inquietarme...si... mi jefe se está moviendo. No solo eso; se levanta a duras penas, torpemente...pero sin cesar. Puede que haya sobrevivido, tiene media cabeza colgando por tiras de piel y varios agujeros en el pecho, pero puede que por acto de Dios haya salido vivo del tiroteo.

Mi teoría se derrumba al ver como los jodidos guardaespaldas tambien se levantan. Se aproximan a mi arrastrando sus pies. Esto no tiene sentido.

Por algún motivo hago ademán de coger el móvil y telefonear al hospital... o a la poli...o a un investigador paranormal, pero creo que no servirá de nada. Sea como sea esos malditos cadáveres andantes se me estan acercando y creo que no precisamente en busca de ayuda. Uno de los guardaespaldas me agarra con fuerza del brazo, aprieta tanto que me duele. Cuando veo que intenta morderme la garganta saco mi pequeño revólver y le disparo en el vientre...ni se inmuta. Vuelvo a dispararle en la cabeza mientras que con una mano se la alejo de mi cuello.

La nuca le estalla en un festival de sangre, cráneo, cerebro y pelo volando por los aires y cae en redondo al suelo. Aún quedan tres de esos tios acercándose patosamente a mi.

No pienso pasar en esta habitación ni un minuto mas, joder.

Nada mas cruzar la puerta me topo con aun agente de policia...quizá haya sido él quien los a asesinado.

Mierda...su actitud es similar a la de mi dudosamente difunto jefe.

Sus ojos estan blancos y la piel deja ver claramente las venas y grietas y su uniforme está manchado de sangre.

Me agarra de los brazos apretujándolos contra mi torso, momento que aprovecha para arrancarme la garganta a mordiscos. Muero entre espasmos.

Pero entonces....¿qué hago en un descapotable, bajo un sol abrasador y huyendo a toda velocidad de los muertos vivientes?

En ese momento despierto en mi celda, empapado en sudor, rodeado de oscuridad. Otra vez esa maldita pesadilla. Ya sólo me queda un año para salir de prisión... y si, cuando salga huiré de los muertos.
FIN